(Por Eric Núñez / Associated Press)(LasMayores.com).-
Los Tigres de Detroit disputaron la Serie Mundial en la primera temporada de Jim Leyland como su manager. ¿Será que podrán volver en el último año de su contrato?
Inoportunas lesiones y carencias en la ofensiva conspiraron para que Detroit terminase la pasada campaña con un magro récord de 81-81.
Las contrataciones de Víctor Martínez, Joaquín Benoit y Brad Penny para sumarse al núcleo de Miguel Cabrera y Justin Verlander, hacen que el club no guarde ninguna timidez de que su objetivo es subir a la cumbre de la división Central de la Liga Americana.
En teoría, los Tigres cuentan con todos los ingredientes, al disponer de formidable pitcheo, bateo y defensa.
"Que quede clara una cosa: el año será una decepción si no ganamos la división", afirmó Verlander, el as de los Tigres.
No hacerlo podría cerrar amargamente el ciclo de Leyland, quien en su primera campaña con Detroit les condujo a ganar el banderín de la Liga Americana.
Se pensaba que esa experiencia de hace cinco años sería habitual, pero los Tigres no han vuelto a olfatear la postemporada.
Con su forma directa que nunca cambiará, Leyland no oculta su fastidio cuando se le menciona que el equipo tiene una deuda.
"Hay veces que la gente actúa como si nosotros no hemos logrado nada", dijo Leyland, quien tiene 66 años. "Fuimos a una Serie Mundial. Disputado un juego 162 hace dos años. No es que se diga que no hemos entretenido a nuestros fanáticos, que hemos sido unos burros ... Si mal no me equivoco, hasta hace como 12 años ni siquiera asomaban la nariz con un récord .500".
Leyland tenía el equipo bien encaminado el año pasado, inclusive en la cima de la división al promediar la temporada, con foja de 48-37 el 10 de julio.
Pero seguido cayeron lesionados Magglio Ordóñez, Carlos Guillén y Brandon Inge. El resultado fue una nefasta racha de 20 derrotas en los siguientes 25 juegos, hundiéndoles.
Una antesala cargada de optimismo y críticas favorables a sus refuerzos se vio dinamitada previo al arranque de pretemporada, cuando el estelar primera base Cabrera fue detenido por presuntamente conducir en estado de ebriedad.
Fue un incidente que evocó de inmediato el último fin de semana de la temporada de 2009, en la que el gerente Dave Dombrowski tuvo que ir a buscar al venezolano a una comisaría tras una pelea con su esposa al volver a la casa tras una noche de fiesta.
Cabrera, segundo en la votación del Jugador Más Valioso, atrasó unos cuantos días su llegada a los entrenamientos, pero ya empezó.
Los Tigres no pueden perder los servicios de Cabrera y tampoco quieren que su situación individual afecte el resto de su proyecto. Así es que se han puesto a explorar la posibilidad de asignarle una especie de tutor, algo que los Rangers de Texas hicieron con Josh Hamilton, el último JMV.
Cabrera, quien viene de su mejor campaña (.328 de promedio, impulsó 126 carreras y conectó 38 jonrones), es el principal bate dentro de un cuarteto de venezolanos en la parte medular de la alineación.
El jardinero derecho Magglio Ordóñez, el receptor/designado Víctor Martínez y el segunda base Carlos Guillén, batearían de tercero, quinto y sexto bate, de acuerdo con los planes de Leyland.
Martínez fue contratado más que todo por su bate, así que se le verá un par de veces por semana detrás del plato. Alex Avila es quien tendrá más tiempo en la receptoría.
Los Tigres acusan sus vulnerabilidades.
Por ejemplo, Martínez tiene antecedentes agoreros para jugar en Detroit, donde su promedio en el Comerica Park es de .225.
Otro corresponde al dueño de la intermedia, donde Guillén trata de mantener a raya a Scott Sizemore, quien se ganó la titularidad tras la primavera y luego fracasó.
A sus 35 años, Guillén muestra fragilidad: tres veces fue a la lista de lesionados en 2010, la última por una dolencia en la rodilla izquierda que significó el fin de su temporada.
Detroit consolidó el extremo izquierdo del cuadro interior al renovarle el contrato al tercera base Brandon Inge y añadir al veterano dominicano Jhonny Peralta para cuidar el campo corto.
Jackson estuvo en la discusión al Novato del Año, luego que el jardinero central tuvo una campaña de .293 y 27 robos. No hay nada definido para el puesto en el derecho, donde Brennan Boesch y Don Kelly luchan.
En cuanto al pitcheo, Verlander (18-9, 3.37 de efectividad) se ha erigido en uno de los pitchers más constantes de las mayores, con al menos 17 victorias en cuatro de las últimas cinco temporadas.
Brad Penny es la nueva adición dentro de la rotación de abridores que completan Rick Porcello, Max Scherzer y Phil Coke. El equipo se consideró tan bien armado en este renglón que optó por transferir a Arizona al venezolano Armando Galarraga, el hombre del juego casi perfecto. Coke, un zurdo, hace la transición de relevista a abridor.
En cuanto al bullpen, el cerrador dominicano José Valverde contará con mejor apoyo. Se contrató al también quisqueyano Benoit para que se convierta en su preparador, luego una campaña con 1.34 de efectividad en Tampa Bay.
FUENTE: LasMayores.com
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